El desarrollo infantil, es un área de gran estudio que motiva a conocer más a fondo cada uno de los procesos relacionados con el desarrollo biológico y los procesos cognitivos del niño. En la actualidad, las investigaciones han puesto la mirada sobre el neurodesarrollo y las características que pueden ser indicativo de alarma a la hora de realizar un seguimiento riguroso de los niños en edades tempranas que realmente permitan maximizar el tiempo para brindarles el apoyo necesario a través de los diferentes especialistas de la salud que tienen acceso a ellos.
Para lo anterior, es imperioso que los especialistas tengan el conocimiento suficiente y realicen las evaluaciones pertinentes según el periodo de desarrollo por el cual se encuentre el niño e identifiquen los indicadores relacionados, como lo son procesos de desarrollo psicomotor, motricidad gruesa, motricidad fina, lenguaje, atención, memoria, desarrollo sensorial, pensamiento y funciones ejecutivas. Adicionalmente que padres y profesores también tengan sus sentidos bien atentos a las alarmas que son indicativo para solicitar ayuda de un profesional.
Por otra parte, una adecuada estimulación y un contexto familiar y social que supla las necesidades del niño y responda correctamente al fortalecimiento de los procesos por los cuales este atraviesa desde sus primeros años de vida. Teniendo en cuenta que los investigadores desde hace varios años han encontrado que el cerebro del niño se encuentra en una etapa de plasticidad donde las conexiones entre neuronas y la especialización neuronal es la forma en que se fortalecen los procesos cognitivos.
Así entonces, a la hora de evaluar los procesos relacionados con el neurodesarrollo, es de vital importancia pormenorizar en cada uno de ellos y enfatizar en aquellos que se encuentran debilitados, lo cual se puede llevar a cabo a través de los que se encuentran fortalecidos, sirviendo como soporte para un mejor desempeño. Sin embargo, en algunas oportunidades los niños presentan dificultades que necesitan ser evaluadas, monitoreadas, intervenidas y potenciadas, esto se hace por medio de una evaluación que ayude a la identificación correcta y de este modo que el programa de intervención apunte sin lugar a dudas a un cambio significativo. en el desarrollo del niño.
Este desarrollo desde que se es bebé hasta la adolescencia y entrada la adultez temprana son etapas decisivas en el proceso de aprendizaje y una mayor estimulación hacen que en cada uno de estos periodos el cerebro empiece a adquirir tanto comportamiento adecuados como inadecuados, por esta razón es tan importante que los padres y/o cuidadores se encuentren presentes y sean actores activos; son estos quienes pueden ayudar a garantizar dicha estimulación.
Las investigaciones que han dado cuenta del desarrollo vertiginoso que sufre el cerebro desde la etapa gestacional hasta la edad de treinta años, indican que este pesa aproximadamente de un peso de 350 gramos al nacer, a la edad de dos años pesa alrededor de 1050 gramos y el cerebro adulto entre 1300 gramos y 1500 gramos, por ello se puede decir que son momentos críticos y decisivos (Rosselli, Matute y Ardila, 2010).
Ahora bien, es pertinente mencionar que las alarmas se deben encender desde etapas muy tempranas, iniciando en el desarrollo motor del niño donde se espera que este adquiera habilidades que le permitan una adecuada postura, desplazarse con facilidad y control de habilidades gruesas y finas, que luego se traducen en un correcto desempeño académico y un desarrollo cognitivo normal (Medina, Kahn,, Muñoz, Leyva, Moreno y Vega, 2015). Sin embargo, se puede mencionar que el inadecuado desarrollo motor trae consigo trastornos motores, los cuales pueden ser debidos a múltiples factores y que ameritan una intervención temprana de los especialistas.
También se habla del desarrollo sensorial, es decir, el desarrollo de los organos de los sentidos y cómo estos permiten que el niño acceda con facilidad al entorno que lo rodea e interprete la información sensorial (visual, auditiva, táctil, gustativa y olfativa) dando una respuesta a esta, pero en este caso si se presenta alguna alteración se van evidenciar atrasos en el neurodesarrollo del niño y por ende en sus procesos cognitivos, como lo es la adquisición del lenguaje.
Por ello, el desarrollo del lenguaje que inicia muy temprano, es un indicador claro de un adecuado desarrollo y se puede decir que este proceso es transversal a todos los procesos cognitivos, por ello los padres deben estar atentos a las dificultades que se puedan presentar aquí, ya que el lenguaje juega un papel relevante en la interacción social y la manera como el niño empieza a conectarse con su entorno, es acá donde las etapas preescolares y las escolares se pueden ver afectadas cuando el lenguaje no está cumpliendo la función de socialización y en la adquisición de nuevos aprendizajes.
Por lo tanto, el niño y el desarrollo cerebral son en la actualidad un foco de atención desde diferentes áreas y especialidades como lo son la psicología, la pedagogía, la pediatría, entre otras, ya que deben brindar y aportar desde sus diferentes roles un acompañamiento significativo que contribuya al enriquecimiento y fortalecimiento de las habilidades de los niños.
Angélica Johana Giraldo
Docente programa de Psicología
CUE AvH
Referencias bibliográficas
Rosselli, M., Matute, E. y Ardila, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo infantil. El Manual Moderno: México.
Medina, M., Kahn, I., Muñoz, P., Leyva, J., Moreno, J. y Vega, S. (2015). Neurodesarrollo infantil: características normales y signos de alarma en el niño menor de cinco años. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Publica, 32(3), 565-573. Recuperado de: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-46342015000300022&lng=es&tlng=es.